Hacer una revisión periódica es la única forma de asegurarte de que tu vehículo está en perfectas condiciones para circular por carretera. Mantener las revisiones al día nos garantizará su buen funcionamiento y tu seguridad al volante. Así como alargar su vida útil mucho más tiempo.
Hacer una inspección periódica en tu taller de confianza servirá para evaluar el estado general del vehículo. Una buena forma de detectar cualquier problema y prevenir futuras averías.
¿Cada cuánto tiempo se debe hacer una revisión a un vehículo?
Lo cierto es que no existe una fecha exacta establecida para todos los vehículos. Esto dependerá de cada tipo de vehículo y el uso que se haga de él. Existen más bien aproximaciones en cuanto al número de kilómetros que tiene un vehículo. Por lo general, se recomienda hacer una revisión cada 15000 kilómetros o una vez al año.
Y decimos cada 15000 kilómetros, o una vez al año, porque no tendrán las mismas necesidades un vehículo que hace largos trayectos a diario que otro que es utilizado puntualmente y para desplazamientos cortos.
Lo que sí es cierto es que una vez al año todos los vehículos deberían someterse a una revisión general, aunque no hayan llegado a este número de kilómetros. Al igual que si llegamos a los 15000 kilómetros mucho antes del año también será necesario pasar por el taller para asegurarse de que todo está en perfectas condiciones.
¿Qué aspectos deben ser revisados en cada visita al taller?
Entre los elementos que deben ser inspeccionados en cada revisión del vehículo influirán diversos factores, como la antigüedad del coche, el modelo, etc. Sin embargo, existen una serie de elementos básicos que deberán ser inspeccionados en tu visita al taller:
El aceite
El aceite es uno de los elementos más importantes que debe ser revisado. La función del aceite será la de lubricar el motor, además de reducir la fricción de los distintos elementos que lo componen. Sirve para limpiar, evitar la corrosión y reducir la temperatura del motor.
Es aconsejable cambiar el aceite del motor, aproximadamente, cada 15.000 km o una vez al año. Aunque en algunos modelos, sobre todo aquellos más modernos, esto puede variar un poco.
Los filtros
Los vehículos disponen de diversos tipos de filtros, como el filtro del habitáculo, el filtro del combustible, el filtro del aire o el filtro del aceite. La función principal de estos es evitar la entrada de impurezas o suciedad. En el caso del filtro de aceite será la de evitar la entrada de partículas en el motor, por ejemplo.
Cada tipo de filtro tiene una función concreta que te detallamos a continuación:
1. Filtro del habitáculo: El filtro del habitáculo es el encargado de retener las partículas que entran del exterior. De este filtro dependerá la calidad del aire que respiramos. Este desempeña una tarea especialmente importante si tenemos algún tipo de alergia, por ejemplo, al polen.
También desempeña un papel especialmente importante en cuestiones de seguridad y visibilidad. Cuando necesitamos desempañar los cristales, por ejemplo. Si estos filtros están obstruidos será más complicado hacerlo adecuadamente. Lo que puede suponer un peligro si no vemos bien la carretera.
En resumen, influye directamente en el correcto funcionamiento y en la vida útil de la calefacción, ventilación y sistema de aire acondicionado.
2. Filtro del aire: Al igual que las personas necesitan oxígeno para respirar, el motor necesita oxígeno durante el proceso de combustión. El filtro tiene como objetivo retener cualquier tipo de partícula que pueda entrar al motor. De esta forma deberá garantizar la correcta mezcla de aire y combustible para su correcto funcionamiento. Cambiar el filtro del aire periódicamente resultará imprescindible para mantener en perfectas condiciones el motor.
3. Filtro de aceite: Como hemos dicho anteriormente, la función principal del filtro de aceite es la de evitar la entrada de partículas al motor. De esta forma asegura que el motor pueda desempeñar su función con normalidad. Este filtro deberá ser cambiado cada 10.000 o 15.000, depende de si se trata de un vehículo diésel o gasolina.
Los frenos
Además de todos los elementos que hemos detallado anteriormente, también resulta fundamental la revisión de los frenos. Frenar adecuadamente nos garantizará nuestra seguridad en carretera.
Unos frenos en mal estado pueden prolongar bastante el tiempo de frenada, lo que puede resultar muy peligroso en caso de emergencia.
En el caso de los frenos, incluye el líquido de frenos, las pastillas delanteras y traseras. Las delanteras presentarán en general un desgaste mucho mayor que las traseras debido a su mayor uso.
Todos los componentes de los frenos deberán ser revisados, al menos, una vez al año para garantizar su estado y cambiarlo si fuera necesario.
Los amortiguadores
Los amortiguadores también deben ser revisados, aproximadamente, una vez al año. Su función es la de absorber los impactos para que no sufran otros elementos del coche. También influyen directamente en el correcto funcionamiento de los frenos.
Ruedas
Otro de los factores importantes a revisar periódicamente es el estado de los neumáticos, tanto la presión como el desgaste. Este es el único elemento entre la carretera y el vehículo. Por tanto, será imprescindible que estén con la presión adecuada y sin excesivo desgaste para tener una buena adherencia en carretera.
Diversos aspectos como el tiempo de frenado, el consumo de combustible o la estabilidad del vehículo dependen de ellas.
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